Oficina del Tiempo municipal para conciliar vida privada y laboral

Por ANNE SOPHIE NOVEL, fuente Le Monde

“La frontera entre el tiempo de trabajo y el tiempo para uno mismo está borrosa”.

Declaraciones de la actriz y concejal comunista, Katja Krüger, “Responsable del tiempo” de la ciudad francesa de Rennes desde el 2014. Una misión que no está sistematizada en todos los territorios pero que aporta mucho a la gestión de la ciudad.

¿Qué significa ser elegida Responsable del tiempo de la ciudad?

Es una buena decisión nombrar a una persona Responsable del tiempo y que el papel que se me confió se ocupe tanto de cuestiones concretas como de consideraciones filosóficas. Consiste en preguntarnos lo que todos nosotros deseamos para la ciudad asegurando la igualdad de todos a diario. Lo esencial es tener en cuenta que una ciudad debe considerar este factor, el tiempo, que determina la vida de la ciudad y de sus habitantes. Nuestro departamento es percibido por otras partes como «un tercero neutro» cuyo enfoque, transversal, puede prestar asistencia a otros departamentos y  servicios.

¿Desde cuándo existe la Oficina del Tiempo?

El anterior alcalde (PS) de Rennes, Edmundo Hervé, remitió al gobierno en 2001 un informe parlamentario titulado «El Tiempo de las ciudades«. Nuestra delegación fue creada el mismo año, y su implantación en los servicios como ”Oficina del Tiempo” vio la luz en 2002. Desde el 2010, todo está integrado con la Rennes Métropolis. Otras ciudades como París, Saint-Denis, Lille o Montpellier hicieron lo mismo. Existe también una asociación nacional, “Tiempo territorial” que reagrupa a los electos, investigadores y los actores de los servicios territoriales que trabajan en estas cuestiones.

¿Qué decisiones políticas ha tomado desde su creación?

En Rennes, la primera gran decisión afectó al personal responsable de la limpieza de las oficinas. El 90% del personal lo componen mujeres cuyos horarios de trabajo estaban partidos (a primera hora de la mañana, y después de la comida hasta las horas finales del día), difícilmente conciliables con una vida familiar, con numerosos contratos a tiempo parcial y una «rotación» importante… La Oficina del tiempo trabajó con los departamentos de recursos humanos con el fin de crear horarios más simples, formalizados en dos horarios continuos, para permitir a estas personas administrar su vida cotidiana y tener una vida familiar normal.

Katja Krüger

Katja Krüger fotografiada por Theophile Trossat para Le magazine du Monde

Esto permitió también hacer visible a estos empleados ante el resto del personal, porque los horarios han sido adaptados para los horarios de trabajo clásico. Después otras colectividades, pero también el sector privado, se inspiraron en nuestro modo de funcionamiento, tal como la federación de empresas de limpieza. Otro ejemplo de política llevada: en 2002, la apertura de nuestra primera línea de metro fue un éxito, hasta tal punto que comprobamos muy rápidamente un pico de circulación entre las 7:30h y las 8:15h de la mañana, entre la estación y la universidad. La Oficina del Tiempo realizó una encuesta con el servicio de movilidad de la ciudad para comprender este fenómeno e identificar a los diferentes usuarios de la línea a aquella hora (estudiantes, centros escolares, un centro hospitalario).

Al cabo de dos años de negociaciones, conseguimos modificar los horarios de comienzo de las clases en la facultad para graduar los flujos: escalonando sus efectivos en dos grupos de modo que una parte de los alumnos comenzasen quince minutos antes que los otros, conseguimos rebajar el pico de la hora punta.

¿Cómo evoluciona el tiempo de las ciudades?

Estos treinta últimos años dan la impresión de una aceleración sin igual. A la escala de las ciudades, todo se fracciona un poco más, las fronteras se vuelven más borrosas, en lo numérico particularmente: ¿Cuándo trabajamos? ¿Cuándo paramos? Para los oficios que no están en la cadena con horarios precisos, la frontera entra el tiempo pasado en el trabajo y el tiempo para sí es más vaga. En las ciudades, esto plantea la cuestión del tiempo invertido en los trayectos que han evolucionado con la dispersión urbana (los trayectos se vuelven más largos) y las inversiones efectuadas en las autopistas (para ir más rápidamente). Nos hemos apoderado del espacio pero no del tiempo.

Hoy en Rennes, hacemos recuento sobre estas opciones y reflexionamos sobre la densificación para evitar la dispersión y ganar tiempo, trabajando en el acceso de peatones a los comercios y servicios por ejemplo… El espacio y el tiempo, en la cuestión de la ordenación urbana, no pueden ser disociados. Y los aspectos temporales se hacen determinantes para el hábitat, el ocio, los modos de vida…

¿Cómo cortó la cuestión del trabajo el domingo?

El debate fue breve puesto que la actual alcaldesa de Rennes [Nathalie Appéré, PS] tiene una posición firme, sólo se permiten dos domingos al año. Lo hicimos todo a contracorriente lanzando «la estación de los domingos», a finales de marzo. Además de oponernos a la apertura sistemática de los comercios, se trataba sobre todo de valorizar lo que una ciudad puede ofrecer como alternativa a la compra dominical. Por lo tanto hemos organizado, cada domingo, un evento gratuito, abierto a todos, en el espacio público.

Usted es madre, concejala municipal y comediante… ¿Cómo organiza su agenda?

La intermitencia del espectáculo no permite tener horarios regulares, a veces limitados por los desplazamientos y períodos intensos. Cuando estoy aquí, la agenda no es regular, al día, de semana en semana. Con momentos que están sujetos a mi trabajo, y otros a mi función de electa. Con el padre de mi hija decidimos dedicarle mucho tiempo a nuestra niña. Ella tiene 6 años y tratamos de ir a buscarla la mayoría de las veces hacia las 4, de cultivar así el tiempo familiar, luego volvemos a trabajar por la tarde cuando está acostada. Adecuamos nuestro horario como podemos. Lo necesitamos para nosotros, y ella también. Tenemos suerte de poder hacerlo…

 

Texto original: http://www.lemonde.fr/tant-de-temps/article/2016/08/12/katja-kruger-la-frontiere-entre-le-temps-passe-au-travail-et-le-temps-pour-soi-est-floue_4981709_4598196.html#k2zlEiSQtzjV2Sty.99

 

http://www.ladocumentationfrancaise.fr/var/storage/rapports-publics/014000520.pdf

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